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La Ley del Amor de Dios


Sostenemos que la Ley del Amor de Dios, tal como está expresada en Mateo 22:35-40, debería gobernar cada aspecto de la vida del cristiano y sus interrelaciones. Un experto en la Ley Mosaica puso a prueba a Jesús preguntándole: «Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas». Por lo tanto, creemos que el amor abnegado y desinteresado —el amor de Dios por nuestros semejantes— debiera ser el móvil que anima las acciones del cristiano.

La Ley Divina del Amor es el cumplimiento supremo de la ley bíblica, que engloba los diez mandamientos, ya que cumple el propósito de dichos preceptos. «Toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Gálatas 5:14). Así pues, creemos que por medio de la salvación de Cristo y Su ley del amor, los cristianos quedan exentos de las leyes del Antiguo Testamento y eximidos de observarlas. En cambio, están sujetos a una ley superior: la ley del amor de Cristo, que debiera guiar todas sus interacciones.


Romanos 13:8-10; Santiago 2:8; Gálatas 2:16, 3:23-25; Juan 13:34; Romanos 10:4; Mateo 5:38-46

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