Una casa de corazones, un refugio de paz...

Las familias


Afirmamos que Dios concibió el núcleo familiar como piedra angular del edificio de la sociedad. Dispuso que las familias compartieran la vida, se ayudaran y se apoyaran mutuamente. Las familias son importantes para el cuidado y la formación de los niños.

Los niños son un regalo que Dios nos confía y con el cual nos bendice, pues «herencia del Señor son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre» (Salmo 127:3). Sostenemos que corresponde a los padres velar amorosamente por sus hijos e impartirles principios divinos y valores morales, además de transmitirles el debido respeto y amor por Dios y el prójimo (Efesios 6:4).

Entendemos que Dios creó y estableció la unión conyugal del hombre y la mujer, y que el matrimonio es la relación ideal para la formación de familias estables. Los creyentes que se casan hacen una alianza delante de Dios en la que se comprometen a amarse, velar el uno por el otro y a hacerse responsables de su cónyuge y de sus hijos (Mateo 19:4-6).


Salmo 68:6; Efesios 6:1-4; Génesis 2:18,21-24; Efesios 5:25-31; Salmo 127:3-5; Mateo 19:13-14; Proverbios 22:6; Deuteronomio 6:5-7

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